Acertar con un regalo no es cuestión de dinero, para nada, en absoluto. El truco es sencillo: es pensar en cómo es la persona que va a recibir el regalo, y hacerlo con ganas. Aún y todo siempre hay alguien con el que nunca aciertas.

A mí me mola muchísimo hacer regalos. Creo que me lo curro. Me atrevería a decir que acierto siempre, hasta con los más difíciles, pero también depende del tiempo que tenga para hacerlo. Hay que pensar, y desafortunadamente,  al igual que mucha gente, tengo poquísimo tiempo.

Digo esto porque se acercan las Navidades y ya está todo el mundo con los pelos de punta: «que si las cenas, las comidas, qué pongo, los regalos,… qué coño le regalo a mi cuñada, a mi padre, a los niños…». ¡Ay madre!.

Creo que esto es algo universal, ¿no?.

Hasta aquí todos de acuerdo. Bien, pues sigo.

El tiempo es oro dicen, y es verdad. Para mí ese sería el mejor regalo, tiempo para mí, un paquetito que esté lleno de tiempo para invertirlo en lo que a mí me gustaría aprender, mezclar música, bailar flamenco, por ejemplo.

Tiempo, para no tener que perder tiempo.

Y si el tiempo es oro, ¿por qué no lo regalamos?. ¿Tenemos que regalar siempre material?. ¿Sólo somos felices con eso?…

No hablo de nuestro tiempo, hablo del tiempo de otros, de la dedicación de los conocimientos de otros hacia los demás.

Mira una cosa, es que no sé si te has parado a pensar esto alguna vez, yo muchas: a esa persona con la que es difícil acertar, igual es absurdo regalarle nada material, quiero decir, que igual necesita otra cosa, no sé, algo que le facilite la vida, que le ayude. Eso es bueno para el que recibe y para el que regala. Un curso de yoga, de automaquillaje, charlas, talleres de cosas que le gusten, no sé, … opciones hay.

La sociedad cambia, pero la naturaleza no, y nosotros pertenecemos a ella. Somos humanos. ¿Por qué ese empeño en regalar siempre el perfume, la bufanda, ropa o el circuito en las termas?.
No sé si está mal que diga esto, porque las personas que en su día me lo regalaron se van a enterar. A mi no me gustan las termas, me sientan mal, me mareo. Tengo tres entradas a las termas, de regalos de otras navidades, es decir, pues bien, eternamente agradecida.

Te meto toda esta chapa porque, se me ha ocurrido, que voy a meter mi tiempo en sobres, para regalar. Dos horas de cualquiera cosa de las que aparecen en www.missclov.com , que yo pueda hacer por alguien, a un precio especial, 95,18 €.

Para mí el tiempo es oro con millones de diamantes engarzados. No van a ser dos horas cualesquiera, ni de coña. Van a ser dos horas personalizadas, es decir, que dos horas iguales no va a haber para nadie, porque en mi mundo, eso no sería nada profesional. Lo que os he dicho antes, somos humanos, no robots, y cada persona necesita «su» trato, «su» tiempo.

Tiempo mío, exclusivo para esa persona en la que estás pensando ahora mismo, a la que cuando le has regalado un jersey, te ha dado las gracias poniendo cara de que le gusta, se lo ha puesto un día para que le veas y ya no se lo ha puesto más. ¿Por qué?. Puede que el jersey le guste, puede. A lo mejor si, o a lo mejor no. El problema es que no se ve bien con él, o no lo necesita. O lo que necesita es, que alguien que controle, le acompañe a comprarse ese jersey. O simplemente, porque ya tiene 3 jerseys, y en su mundo, lo de tener 10, no tiene nada de valor.

Si quieres quedar como tu cuñada cuando te regala el típico cofre de cosmética, o como tu suegra cuando te regala una olla exprés para que cocines más y mejor, por el bien de su hijo (esto lo he sufrido yo en mis carnes), puedes seguir haciéndolo, pero que sepas al menos, que ilusión no hace.
Pero si lo que quieres es que «esa persona» se acuerde de ti, porque un día te pusiste en su lugar y le comprendiste, regálale tiempo, porque probablemente, lo recuerde más que el jersey, el perfume, la bufanda y 20 entradas para las termas juntas.

Piensa en esto que te digo.

Para lo que quieras, aquí me tienes. Sé feliz, en Navidad, y siempre.