Nació un 1 de mayo y murió un domingo, y menos mal que fue así. Pudimos despedirnos. Hoy cumpliría 73 años. Hoy hubiese preparado una comilona como para 500 personas y nos hubiese invitado a casa, jajaja! Aunque nos venía muy bien, luego siempre nos llevábamos tuppers. Jo, cómo echo de menos los tupper de mi madre. Los que tenéis «madres tuppers», no sabéis el tesoro que tenéis. Son tantísimas cosas …

Echo de menos hasta llevarle flores al cementerio! Pero es que ella quería que le incineraran, y yacer en su pueblo, en Cascante, con sus padres, y las últimas voluntades de una persona hay que cumplirlas. Un poco antes de morir, me dijo que como iba a estar en Cascante, que al final nos olvidaríamos de ella! A mi, mira, me sentaba como una patada en el culo, pero en el fondo lo hacía para oír lo que ella quería oír. Yo le dije: «ama, pero tú, desde que murió tu madre, has dejado de pensar en ella en algún momento?». Lo que pasa es que así le estaba diciendo que sí, que se iba a morir, y me daba mucha rabia afirmar semejante barbarie. Yo me tiré los cuatro años de la enfermedad, intentando hacerle ver a mi madre y a mi misma, que eso no iba a pasar. En mi cabeza era algo impensable, increíble, imposible, una pesadilla de la que íbamos a despertar. «Eso no me puede estar pasando a mí», muy típico.

Pero al final te das cuenta de que lo mejor es aceptar. Como cuando acepté sus joyas. En los dos últimos años, me las intentó dar 4 veces, y yo siempre le decía, de muy mala hostia, que para qué me daba a mí eso, si se las iba a poner ella! Hasta que un día las cogí, aceptas que se va a ir y empiezas a despedirte de mil maneras diferentes. Empiezas a disfrutar, entre comillas, del «no sabes cuanto tiempo» que le queda.

«Es poco lo que tengo de valor, pero eres mi única hija así que toma, para tí», me dijo mientras me las daba en una caja de estas de joyería. Y yo, como siempre, con toda mi ironía, «pues ahora el oro vale mucho ama! No sé si venderlas y así pago la casa!» le dije… Se echo a reír y a llorar a la vez, y me dio un abrazo. Era un «adiós, me despido por si acaso mañana ya no te veo». Y no eran joyas lo que me daba, era vida, su vida entera.

Justo ayer me encontré con un amigo que tiene a su madre muy enferma y me dijo: qué casualidad Rebeca, te iba a llamar tía!. En su día le dije que si necesitaba hablar o saber cualquier cosa que aquí me tenía. Por desgracia y como mucha gente, me sé todas las fases. Ahora está en la fase del miedo, del cómo será, y eso es lo que quería saber, cómo fue ese momento, ese segundo, si le vi morir, si sufrió, y un mar de dudas a las que no sé si le respondí del todo bien, porque me cuesta. Necesité un paquete entero de clinex, yo uno y él otro! Lo que sí me aseguré de decirle fue algo muy importante, «Despídete de ella. Lo bueno de todo esto es que vas a tener la suerte de poder despedirte. No lo desaproveches, porque esta oportunidad, no la tiene cualquiera!». A veces pienso en qué es mejor, una muerte repentina, en la que el dolor llega en forma «1000 toneladas que se te caen encima», o una muerte lenta, tipo «tortura china», como la de una enfermedad, que te administra el dolor con cuenta gotas, todos los días, a todas horas y durante mucho tiempo.

No es que la situación fuese graciosa, pero él se rió. Me dijo que a todo le saco un punto de luz, algo positivo. Es que todo tiene un punto de luz! Aunque en ese momento no se vea, luego, pasa el tiempo y dices, «qué suerte tuve».

Algo así me decía la semana pasada mi amiga/hermana Ana Dance, copio y pego el whassap: «No sabes cómo te admiro tía. No te voy a soltar jamás, en la puta vida! Y no te digo que te admiro por decírtelo, es que lo siento así, y porque has pasado todo lo de tu madre con tanta dignidad que puffff, me emociono. Has sabido positivizar tanto que has crecido en el dolor tía, y en su nombre has creado MISS CLOV! Es que tú no eres ni consciente del trasfondo emocional que tiene todo esto. Es tan triste y tan bonito a la vez …». No sé si soy consciente, pero me hace llorar la soperra de ella!

En junio hará seis años, y no hay un solo día en el que no me acuerde cien veces de ella. Pues creo que sí soy consciente Ana! Para qué te voy a mentir! Es que no es orgullo lo que siento, es algo superior elevado al infinito! Escribiendo no sé cómo explicarlo. Es tanto el amor, tanto! Me ha dado tanto!!!!! Le sigo echando muchíiiiisimos de menos, pero ¿os podéis creer que no he sido tan feliz en mi puta vida? Es que es muy bestia esto! Igual es eso, que he sabido positivizar, crecer y aprender del dolor. Ese dicho que dice «lo que no te mata te hace más fuerte», será cierto?.

Dicen que recordarles y hablar de ellos les mantiene vivos. No sé, yo la verdad es que no le veo y ese vacío ahí está, pero sí le siento. Por eso, por este motivo, y porque no puedo regalarle nada material, he quiero escribir algo aquí, en «este lugar», porque si el recuerdo les mantiene en vida, creo que mi madre vivirá eternamente.

Este es mi regalo. Allá donde estás, ZORIONAK AMA!

Que cumplas muchísimos más Y QUE YO LOS SIENTA!

Muaaaaaaa 💘💘💘😘😘😘